Las primera de las rutas nos lleva hasta la ermita de San Bartolomé de Ucero, en el cañón del Río Lobos, provincia de Soria. Un templo ubicado en un entorno privilegiado, y que esconde tras el silencio de las marcas y signos de sus sillares la historias de corrientes y tradiciones gremiales muy antiguas. Es además un templo vinculado a uno de los mil caminos de Santiago y también a la Orden de los Pobres Caballeros de Cristo, los templarios. Desde los primeros signos grabados en la roca por nuestro antepasados hace miles de años en el primero de los templos a la Diosa, la Cueva Grande, a escasos cien metros de San Bartolomé, hasta los signos lapidarios inscritos en los sillares de la ermita durante el medioevo: ¿podríamos afirmar que existe una continuidad en el mensaje simbólico que transmiten todos esos signos y señales? ¿Cuál fue su función originaria y cuáles los auténticos motivos de su génesis?.